A menudo nos encontramos charlando con nosotros mismos y no, no estamos “locos”. Socialmente no está aceptado hablar solo. Todavía se asocia con algunos trastornos mentales como la esquizofrenia y otras patologías en las que los enfermos oyen voces en su cabeza y entablan hipotéticos diálogos con ellas. Hablar con uno mismo en voz alta también es útil para pensar mejor y tomar decisiones. Para mucha gente es una forma de rebajar la intensidad emocional, un desahogo. Siempre y cuando no se acompañe de algunos síntomas como delirios o alucinaciones, hablar solo puede llegar a ser beneficioso para nuestro desarrollo cognitivo.

 

 

Según algunos investigadores, como la psicóloga e investigadora de origen estadounidense Laura E. Berk, el hábito o mecanismo de habla privada no llega a desaparecer nunca. Por el contrario, esta herramienta suele reaparecer en aquellas ocasiones en que debemos hacer frente a problemas o exigencias del entorno que nos resultan muy desafiantes, constituyendo un hábito sumamente efectivo a la hora de desarrollar nuevas competencias y capacidades.

La gran mayoría de lo que sentimos es a causa de lo que nos decimos a nosotros mismos. Las personas hablamos con nosotros mismos a lo largo del día sin poca consciencia de ello. Esto es porque la charla con uno mismo es automática y llevada de forma repetitiva.

Cuando las personas no están seguras de porqué suceden las cosas de una determinada manera, a menudo comienzan a buscar afuera de sí mismos, ya sea la fuente de infelicidad o una forma diferente de lidiar con el estrés emocional. Tienen la impresión de que lo que está ocurriendo alrededor es lo que los “hace” sentir de la forma en la que se sienten. Aún si es probable que pueda existir alguna contribución del ambiente y del contexto, en realidad son nuestros pensamientos y la interpretación de la realidad lo que causa dichos sentimientos asociados.

Entonces, lo que una persona piensa sobre una situación es probablemente el factor que influye en cómo se siente y por lo tanto responde. El aspecto más positivo de lo anterior es que la persona tiene opciones. Las elecciones con esfuerzo llevan al cambio sobre la manera en la que se interpretan los eventos y se piensan sobre ellos.

 

Es probable que si presentamos diálogo negativo interno lo hayamos estado haciendo durante mucho tiempo, tal vez por un estado de infelicidad, alguna situación negativa que haya sucedido en el pasado, alguna cosa negativa que de forma repetida se nos haya dicho y que se haya transformado en parte de nuestra identidad, sentir que no tenemos el control de nuestra vida o que no nos han sido enseñadas estrategias en habilidades sociales ni a expresar o externalizar y hacernos responsables de nuestros propios pensamientos y emociones.

Como adultos todo este diálogo interno manejado de forma disfuncional se ve reflejado en perfeccionismo, preocupación extrema y crónica, victimización, autocrítica extrema, baja autoestima, fobias, ataques de pánico, ansiedad generalizada, depresión y/o desesperanza.

Algunos ejemplos de diálogo interno negativo pueden ser:

 

  • ¿Qué voy a hacer si no me llaman a la entrevista de trabajo?
  • Soy una persona débil
  • Nunca me recuperaré de lo que sucedió
  • Me sentiré devastad@ si no me aceptan/aprueban

 

A continuación te mostramos unos sencillos pasos para que tengas en cuenta a la hora de tener una charla contigo mismo de forma positiva, que aunque suena sencillo, a veces se torna difícil y como todo proceso, requiere de práctica:

 



En tiempos difíciles puedes entonces repetir:

 

  1. Ésto pasará y mi vida mejorará
  2. Soy una persona digna y buena
  3. Estoy haciendo lo mejor que puedo, debido a mi historia personal y mi nivel recurrente de consciencia
  4. Como la mayoría de las personas, soy una persona falible y en ocasiones cometeré errores y aprenderé de éstos.
  5. Lo que es, es
  6. Mira cuánto has hecho y has progresado
  7. No hay fallas, sólo diferentes grados de éxito
  8. Soy honesto y real conmigo mismo
  9. Está bien permitirme sentir angustia por un rato
  10. No soy una persona indefensa. Puedo y tomaré los pasos necesarios para atravesar esta crisis
  11. Permaneceré comprometido e involucrado en vez de aislarme y retirarme durante esta situación
  12. Ésta es una oportunidad en vez de una amenaza. Usaré esta experiencia para aprender algo nuevo, para cambiar mi dirección o para intentar un nuevo acercamiento
  13. Un paso a la vez
  14. Puedo permanecer en calma cuando hablo con gente difícil
  15. Sé que estaré bien, no importa lo que pase
  16. Ella/Él es responsable de su reacción hacia mí
  17. Esta dificultad/situación dolorosa se acabará pronto
  18. Puedo soportar cualquier cosa por momentos
  19. Con el transcurso del tiempo, ¿quién lo recordará o a quién le importará?
  20. ¿Ésto es lo suficientemente importante como para sentirme tan contrariado?
  21. Realmente no necesito probarme a mí mism@ en esta situación
  22. Las opiniones de otras personas son simplemente sus opiniones
  23. Los demás no son perfectos y no ejerceré presión en mí mism@ en esperar que lo sean
  24. No puedo controlar el comportamiento de los demás, sólo puedo controlar mi propio comportamiento
  25. No soy responsable de hacer sentir bien a otras personas
  26. Responderé de forma apropiada y asertiva, y no de forma reactiva
  27. Me siento mejor cuando no hago suposiciones sobre pensamientos y comportamientos de los demás
  28. Disfrutaré de mi propia compañía, aún si la vida se torna difícil
  29. Disfrutaré de mi propia compañía mientras me pongo al día en todo lo que quiero cumplir
  30. No te preocupes ni te quedes en las pequeñas cosas, son éso: pequeñas cosas
  31. Mi pasado no controla mi futuro
  32. Escojo ser una persona tranquila
  33. Soy respetuos@ con los demás y merezco ser respetad@ de vuelta
  34. Presento menos estrés cuando soy optimista y escojo tener el control sobre mí mism@
  35. Soy complaciente en hacer todo lo que sea necesario para que el mañana resulte mejor

 

 

Recuerda que eres responsable de lo que piensas y por lo tanto de lo que sientes. De esta forma sentirás que tienes el poder. Cuando comienzas a tomar responsabilidad de tus reacciones comenzarás a hacerte cargo y a tener el dominio sobre tu vida. El cambiar los pensamientos negativos por unos más positivos es el primer paso para una vida tranquila, efectiva y  emocionalmente sana.

 

Referencias

 

 

Jhonson, S. (1997). Therapist’s guide to clinical intervention. The 1, 2, 3’s of treatment planning. San Diego, California, USA: Academic Press.

 

Rovira, I. (s.f.). ¿Es malo hablar solo? La ciencia tiene la respuesta. Psicología y Mente. Recuperado el 21 de Enero de 2020. Disponible en https://psicologiaymente.com/psicologia/es-malo-hablar-solo

 

Vásquez, K. (8 de mayo de 2010). Hablar solo no es de locos. Diario El País. Recuperado el 21 de Enero de 2020. Disponible en https://elpais.com/sociedad/2010/05/08/actualidad/1273269606_850215.html

 

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