¿Has notado que tus hijos presentan cambios emocionales al separarse de sus padres o cuidadores con lo que se ha establecido un vínculo afectivo?
En la actualidad, los trastornos de ansiedad se han vuelto un fenómeno que afecta a gran parte de la población, esto ha generado que las personas que lo padecen busquen apoyo en los profesionales de la salud (Psicólogos y psiquiatras). La ansiedad ha sido definida como una emoción que forma parte de los mecanismos de supervivencia y responde a situaciones que resultan nuevas o amenazantes, esto nos permite enfrentarnos a situaciones estresantes para tener un mejor desempeño, nos ayuda a sobrellevar una situación amenazadora o a escapar, las dificultades que se presentan es cuando esta respuesta nos resulta desadaptativa y nos lleva a tener una afectación en la vida diaria y en los contextos en los que interactuamos (Cárdenas, Feria, Palacios, De la Peña, 2010). Los síntomas relacionados con la ansiedad también se presentan en los niños, según el Ministerio de Salud en Colombia el trastorno más prevalente en la niñez es el trastorno de ansiedad por separación. Entre el 2009 y 2017 se han reportado casos en donde se dieron atenciones psicológicas con este diagnóstico a un promedio de 700 niños y adolescentes entre los 0 y 19 años. En esta población se encontró una prevalencia en un 50,5% en niñas y un 49,5% en niños. Entre otros diagnósticos encontrados, se evidencia con menor frecuencia presentar un diagnóstico como el trastorno fóbico y el trastorno de ansiedad social en la niñez (Ministerio de salud, 2017).
En los niños se puede notar un miedo o ansiedad por separación, los cuales son unos indicios para evaluar un posible diagnóstico relacionado con un trastorno de ansiedad. Este miedo se presenta cuando el niño se aleja de sus padres o cuidadores por ejemplo al escolarizarlo, al dejar al niño en un jardín por primera vez o al separarse del niño por una distancia corta o larga; es un fenómeno normal que empieza desde su primer año hasta cumplir los 6 años. Estos miedos suelen ser intensos y transitorios y pueden llegar a desempeñarse como un factor de protección para que sus cuidadores no se separen de ellos, ahora bien, si dichos cambios emocionales se intensifican, aumentan o se presentan como una respuesta emocional exacerbada representada por una angustia al separarse físicamente de la persona con la cual se ha generado un vínculo, es probable que presente un trastorno de ansiedad por separación (Pacheco, B & Ventura, T., 2009).
En cuanto a la sintomatología que caracteriza este diagnóstico se encuentra (DSM V, 2016):
Fisiológica: Quejas repetidas como dolor de cabeza, sensación molesta, mareos, dolor de estómago, náuseas, vómitos cuando se realiza o anticipa la separación de padres o cuidador.
Cognitiva: Preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de padres o cuidador o la posibilidad de un acontecimiento traumático (ser raptado, perderse, tener un accidente, etc.).
Conductual: Rechazo persistente por salir lejos de la casa, escuela o algún otro lugar por medio a la separación. Se presenta comportamiento agresivo.
Todos estos síntomas tienen una duración aproximada de cuatro semanas en niños y adolescentes. Se encuentra como factores de riesgos el divorcio, cambio de escuela, nacimiento de un hermano menor, padres sobreprotectores, ausencia emocional o afectiva por parte de uno de los padres, abandono por padres, escolaridad, temperamento o vulnerabilidad biológica (herencia); también se encuentra que en el trastorno de ansiedad por separación hace comorbilidad con otros trastornos mentales como depresión, ansiedad generalizada, pérdidas de memoria y enuresis (orinarse en cama). Este trastorno de ansiedad por separación suele ser más prevalente en mujeres. En psicoterapia se trabaja con el niño juegos de roles enfocados en situaciones hipotéticas de la separación con padres o cuidadores para entrenar habilidades a la hora de presentarse esa situación, también se realiza entrenamiento en respiración diafragmática, autoinstrucciones y en solución de problemas y se realiza una intervención para padres y profesores para continuar realizando los cambios conductuales y ambientales para que el niño pueda tener unas condiciones óptimas al presentarse la separación. (Cárdenas,, Feria, Palacios, De la Peña, 2010).
Referencias
American Psychiatric Association (2016). DSM-5. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th Edition). Washington.
Cárdenas, E.M., Feria, M., Palacios, L., De la Peña, F. (2010). Guía clínica para los Trastornos de Ansiedad en niños y adolescentes. Mexico:Instituto Nacional de Psiquiatria Ramon de la Fuente Muniz.
Ministerio de Salud y Protección Social (2017), Boletín de Salud mental en niños, niñas y adolescentes, subdirección de enfermedades no trasmisibles. Bogotá D.C.
Stephanie Arcila – Psicóloga Clínica – Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental
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