El juego ha sido siempre una herramienta de aprendizaje y de socialización, incluso dentro del reino animal; no pasa lo contrario con los humanos. Como animales humanos que somos, sin embargo en la actualidad se le ve sólo como objeto de ocio, incluso de ocio no saludable. Lo anterior sobretodo debido al avance tecnológico, ya que hoy en día el juego ha pasado de ser activo a llevarlo a cabo a través de una pantalla y un mando de control.
Como todo en la vida, los extremos son perjudiciales. Así mismo, ocurre con el uso de videojuegos de forma exagerada. Según la OMS, el tiempo en pantalla recomendado para niños y adolescentes, incluso para adultos, que incluye el televisor, el computador, las tabletas, los celulares y los videojuegos, dentro del ocio saludable, no puede superar en promedio las 2 horas diarias.
La idea fundamental de este artículo es entender que las nuevas tecnologías pueden ser una herramienta lúdica y de entretención, teniendo nosotros el control de ellas, más que éstas se apropien de nuestro tiempo, de nuestra salud y de nuestras vidas, dejando atrás perjuicios y mitología social.
El juego maneja diferentes tipos de lenguaje como pueden ser el sonoro y el visual, que resultan atractivos para los niños y los adolescentes, además de la posibilidad de crear personajes y atmósferas que no son posibles en el mundo real, sólo en el virtual, lo cual en primera instancia, no solo desarrolla el sentido de la motivación hacia un nuevo aprendizaje sino el de la creatividad.
Incluso hoy en día existen videojuegos para hacer ejercicio, aprender idiomas, estar en contacto con diferentes personas en distintas partes del mundo, con nuestros mismos interés y aprender oficios de diversas profesiones. El desarrollo del aprendizaje básico a nivel matemático, de búsqueda de estrategias, de solución de conflictos, la competitividad de manera sana y la cooperación entre iguales, continúan haciendo parte de del juego a través de la tecnología, la única diferencia es el tipo de formato. Así mismo, mediante diversos estudios se ha observado que los videojugadores mejoraban sus capacidades lógicas, había un notable incremento de la concentración y el aumento del aprendizaje colaborativo a través del uso de videojuegos.
Los videojuegos entonces pueden desarrollar o reforzar cualidades y habilidades necesarias para la vida cotidiana y la vida real, tales como: autocontrol, manejo de la frustración, autonomía, coordinación, concentración, gestión de recursos, manejo de la lógica y el razonamiento deductivo, sentido de la responsabilidad, entre otros. Incluso para los más pequeños pueden desarrollar habilidades como: motivación, aprendizaje de contenidos e interrelación de conceptos.
A los juegos de estrategia por ejemplo, se les ha atríbuido un gran valor positivo pues han resultado ser juegos históricos que contienen hechos reales y datos sobre la temática y el contexto en el que acontecen, además de grandes legiones de jugadores fieles, curtidos durante años de juego. Éstos suelen ser considerados juegos con gran dificultad y que necesitan el control de muchos aspectos y habilidadess para conseguir ganar. Existen también juegos didácticos, que incluso los más mayores se han atrevido a jugar en sus dispositivos electrónicos y que permiten realizar diferentes actividades y representan un reto cognitivo importante. Los juegos de acción, que muchas veces tiene contenido violento, no diferente a un noticiero o a un programa de televisión de moda, son lógicamente más recomendables para los adultos, quienes se supone tienen mayor desarrollo y madurez cognitivos y emocionales para entender que se trata de un simple juego y no de un posible espejo de la vida real.
Existen también juegos de roles en los que es posible desarrollar habilidades sociales, valores éticos y morales. También existe el género deportivo que permite trabajar el juego en equipo, consecución de metas a través de la motivación y cumplimiento de reglas. Además, juegos de simulación que ayudan a la concentración, motivación, la multigestión, la autonomía personal, la simulación de situaciones reales y toma de decisiones ante conflictos. De forma integral todos estos tipos de videojuegos, incluyendo además los de plataforma, es decir los juego clásicos sencillos de recorrer mundos y acumular objetos, como el más clásico de todos: Super Mario, permiten desarrollar competencias psicomotrices (coordinación, reflejos y habilidades de percepción), además de las expuestas anteriormente.
Además un elemento fundamental es que los videojuegos proporcionan entretención, dsitracción de pensamiento y cohesión familiar, pues muchos de los juegos se juegan en equipo.
La atemporalidad del juego y la no necesidad de mucho espacio físico para su desarrollo hacen de ellos una ventana abierta al mundo, y es esa ventana la que contiene multitud de aprendizajes transversales escondidos en cada acción del videojugador. Aprovecharlo y utilizarlo en el aprendizaje formal es la premisa buscada.
Con los videojuegos se puede vivir el aprendizaje, experimentar el contenido, otorgarle un significado y contextualizarlo, lo que hace que el aprendizaje no solo sea más dinámico sino que sea interiorizado.
La estimulación conseguida a través de los videojuegos no tiene parangón porque conjuga lo mejor de la literatura, la belleza del arte, el dinamismo del cine y aún así deja espacio para elegir el camino a tomar.
Como la moneda, los videojuegos pueden tener una doble cara; la cara negatva está en la falta de control de las horas de juego y del contenido del mismo, que pueden desarrollar resultados negativos como adicción, aislamiento, bajo rendimiento académico, fomento de la agresividad y sedentarismo. La culpa no la tienen en sí los videojuegos, la responsabilidad está en nosotros mismos, en consumir videojuegos de forma segura y responsable.
En conclusión, los niños, adolescentes y adultos gastamos una importante cantidad de tiempo frente a la pantalla de un dispositivo electrónico, y no se espera que esta situación cambie en los próximos años debido a la globalización y el acceso a estos dispositivos. El juego tradicional y el proporcionado por los videojuegos seguirá siendo importante en todas las etapas del desarrollo de niños y adolescentes; por lo que se debe controlar la exposición y el contenido de éstos. Mantener un equilibrio entre el uso de videojuegos y el juego y las actividades al aire libre, es la respuesta, siempre dándole mayor importancia a ésta última.
Referencias
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Juana Cáceres – Psicologa.co – juanacaceres@psicologa.co
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