La depresión es un problema creciente en las sociedades desarrolladas ya que, además de producir infelicidad severa a muchas personas (se estiman que 100 millones en el mundo la padecen) supone una fuente de preocupación y pérdidas desde un punto de vista social y comunitario. Pero lo más  preocupante, es que esta tasa de crecimiento ascendente afecta también al mundo de los niños. Dos de cada cien niños y cinco de cada cien adolescentes padecen depresión. Este hecho es tan difícil de entender y aceptar que durante mucho tiempo se ha negado la existencia de la depresión en los niños y sólo se admitía su comienzo en la adolescencia.

Es muy común creer que los niños son seres carentes de preocupaciones puesto que no tienen responsabilidades. Este razonamiento podría ser cierto pero desgraciadamente no lo es. El niño está lleno de preocupaciones, incluso más que un adulto, puesto que su desarrollo cognitivo no le permite encontrar explicaciones racionales a gran parte de las cosas que le ocurren, además de preocuparse no sólo por los problemas reales, sino también por los imaginarios. Esto puede  generarle un sentimiento de inseguridad y conducir a emociones negativas y por lo tanto a la depresión.

Es importante tener una idea más clara sobre qué es la depresión infantil y los métodos para poderlos evaluar y ayudar.

Características de la depresión infantil

En los niños y los adolescentes, la sintomatología es diferente según la edad. Algunos pueden sentirse más irritables que tristes e inclusive pueden llegar a tener mayor malestar que los  adultos. En muchos casos la depresión puede ir acompañada  de ansiedad.

Síntomas de la depresión en la infancia

A continuacíon encontrarás posibles síntomas que puedes ir encontrando a lo largo del desarrollo de los niños y que pueden alertarte de un posible diagnóstico de depresión infantil:

Primer año

  • Lentitud motora
  • Expresión facial vacía
  • Anomalías en la coordinación ocular
  • Índice de mortalidad alto
  • Retraso en el desarrollo evolutivo

De uno a tres años

  • Cara triste o inexpresiva
  • Deja de comer
  • Falta de control de esfínteres
  • Terrores nocturnos, pesadillas, insomnio
  • Retraso en adquisición del lenguaje
  • Mecerse
  • Desinterés por el juego

De tres a seis años

  • Tristeza
  • Llanto
  • Desamparo
  • Desesperanza
  • Retraimiento
  • Aislamiento
  • Problemas en el juego, crianza, sueño

De siete a doce años

  • Baja autoestima
  • Ideas anticipatorias de fracaso y desgracia
  • Miedo a ser rechazado, explotado
  • Culpabilidad excesiva
  • Pensamientos pasivos – ­activos de destrucción
  • Magnificación de situaciones de pérdida

Síntomas de la depresión en la adolescencia

  • Agresividad
  • Rabia, ira y oposicionismo
  • Irritable, enfrentamientos frecuentes
  • Negación total de sus dificultades
  • Dureza emocional
  • Ganas de dañar
  • Ningún sentimiento de culpa
  • Dificultades escolares
  • Imagen negativa de sí mismo y de los demás
  • Posibilidad de riesgo de suicido

Evaluación de síntomas depresivos en la infancia




Así no seas pediatra, ni psiquiatra, ni psicólogo puedes ayudar a los profesionales de la salud mental en darte cuenta de las siguientes características del niño o adolescente, con el fin de descartar los síntomas inequívocos de la depresión:

Puedes tener en cuenta tanto:

Déficits:

  • Participación social mínima
  • Incapacidad de hacer tareas cotidianas
  • Lentitud
  • Bajo rendimiento escolar
  • Descuido en limpieza y aseo
  • Ausencia de respuesta de alegría

Así como:

Excesos:

  • Quejas somáticas, de incapacidad, de dificultad para realizar alguna actividad
  • Expresión de sentimientos de culpa, preocupación extrema
  • Irritable, lamentos, llanto
  • Agresividad (sobretodo de 11 a 15 años)
  • Dependiente

También síntomas de tipo:

Fisiológicos:

  • Dolor de cabeza sin causa orgánica aparente
  • Dolor de estómago sin causa orgánica aparente
  • Insomnio, pesadillas
  • Cansancio inexplicable
  • Pérdida de apetito y de peso sin causa orgánica aparente
  • Ansiedad (sobretodo a partir de los 11 años)

Y otro tipo de respuestas como:

  • Expectativas negativas sobre la vida en general
  • Auto-­culpabilidad y autoreproche
  • Auto-­crítica extrema
  • Sentimiento de incapacidad, fracaso, desamparo
  • Deseo de morir
  • Deseo de agredir

Si el niño o el adolescente presenta este tipo de sintomatología y ya has descartado cualquier enfermedad orgánica, no dudes en sospechar en que se podría tratar de una posible depresión infantil, por lo tanto acude al servicio profesional en el que se ayudará a evaluar al niño sobre sus antecedentes, comportamientos actuales, sobre las actividades placenteras que realiza o no y sobre sus pensamientos y emociones.

Los objetivos principales del manejo de la depresión en la infancia y la adolescencia se encaminarán principalmente hacia:

  • Aprender a diferenciar las diferentes emociones y sentimientos
  • Intensificar las actividades agradables
  • Modificar los pensamientos distorsionados o irracionales
  • Mantener relaciones sociales gratificantes

En el entrenamiento dirigido a entender las diferentes emociones, se adaptarán los ejercicios al nivel del niño, se personaliza el procedimiento (según los juegos que más le gusten al niño, por ejemplo), se tendrán en cuenta los acontecimientos importantes de su vida y se fomentará la colaboración de los  adultos, tanto dentro de la terapia como fuera de ella.

A nivel emocional se le enseña al niño que existen diferentes emociones, que pueden sentirse como “extremas”, como la alegría o la ansiedad, pero que igual hacen parte de todos los seres humanos, que diferentes situaciones pueden provocar diferentes emociones, como por ejemplo, ante un examen nos ponemos nerviosos, o ante el insulto de un compañero sentimos enfado o que la intensidad de la emoción puede variar según la situación, como por ejemplo ponernos tristes cuando fallamos un penalti, bastante tristes cuando tenemos un altercado con un profesor o muy tristes cuando la novia decide romper con nosotros.

Se trabaja también en autoinstrucciones que el niño irá paulatinamente repitiéndose para guiar su conducta, hasta el punto de automatizarla con el fin de luego no pensar mucho para poder realizar una tarea. Así mismo se puede trabajar en solución de problemas, con el objetivo de fijarse en lo que ha salido bien y en lo que  ha salido mal, evaluar los distintos motivos de  una buena o mala ejecución de una acción determinada y hacer hincapié en los aspectos  positivos y auto-motivadores.

Como se mencionó anteriormente un aspecto positivo a trabajar con los niños y los adolescentes con posible diagnóstico de depresión es en sus habilidades sociales, con el fin de definir las diferentes conductas sociales, los diferentes patrones de comportamiento, los inconvenientes que pueden tener los diferentes tipos de comportamiento, como ser tímido o agresivo, con el fin de llevar a cabo prácticas para reforzar dichas habilidades sociales.

Parece mucho trabajo pero todo estará dividido en diferentes sesiones, incluyendo las de valoración, en las que la idea es que el niño o el adolescente comience a identificar y a llevar a cabo:

  • Cosas que hace que le hacen sentir bien
  • Cosas que hace que sabe que le gustan a los demás
  • Cosas que le salen bien
  • Cosas buenas de los demás
  • Cosas en las que es responsable
  • Pensar y acordarse de cosas buenas y divertidas

Mientras acudes a ayuda profesional (que puede ser por medio de psicoterapia, tratamiento con antidepresivos o una combinación de ambos), en casa puedes:

  • Seguir hablando con tu hijo
  • Brindarle tu apoyo. Decirle que estás allí para ayudarlo
  • Tratar de no dar demasiados consejos y no intentar convencerlo de que salga de la depresión. Tratar de no abrumarlo con preguntas o sermones. Los adolescentes, por ejemplo, suelen volverse herméticos con ese tipo de método
  • Ayudar o apoyar a tu hijo con las rutinas diarias (sueño, alimentación, medicamentos, realizar actividades de ocio saludable y/o actividades placenteras)
  • Mantener tu casa a salvo para los adolescentes (NO mantener alcohol en el hogar o guardarlo bajo llave. Si tu hijo adolescente está deprimido, lo mejor es retirar cualquier arma de la casa y guardar bajo llave todas los medicamentos de venta con receta)
  • Elaborar un plan de seguridad acerca de con quién tu hijo se siente cómodo conversando si tiene pensamientos suicidas o necesita ayuda urgente

 

REFERENCIAS

Carrasco, I. (2016). Depresión en la infancia y la adolescencia [Material del aula]. Evaluación clínica de niños y adolescentes, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, España.

Carrasco, I. (s.f.). Depresión en la infancia. Cinteco, Psicología Clínica y Psiquiatría. Recuperaod el 28 de Octubre de 2019. Disponible en https://www.cinteco.com/depresion-en-la-infancia/

Dr. Tango (2019). Ayudarle a su hijo adolescente con depresión. MedlinePlus. Recuperado el 28 de Octubre de 2019. Disponible en https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000646s.htm

 

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