Quizás muchos de nosotros nos hemos encontrado compartiendo un momento difícil con alguien cercano que lloraba sin poder parar o que se veía muy angustiado, al ver esa situación en retrospectiva, notando nuestras propias emociones, nos damos cuenta que sentíamos incomodidad, aunque quisiéramos ayudar a esa persona no teníamos certeza sobre que decir o hacer y que con el paso del tiempo sentimos culpa o frustración por no ser los más agiles con nuestras palabras y acciones, lastimosamente serán situaciones que se repetirán a lo largo de la vida, es por esto que consideramos importante hablar sobre aquello que puedes hacer y no hacer en momentos de crisis, creando un espacio seguro de expresión, dándole sentido a la forma de sentir de cada quien y poniéndonos en los zapatos del otro.

Antes de empezar ten en cuenta que sentir esa incomodidad no te hace una mala persona o alguien con dificultades para sentir empatía, si reconocemos nuestra historia de vida y cultura nos encontramos con la dificultad que tenemos para sentirnos cómodos con lo incómodo, es decir, se nos dificulta normalizar sentir tristeza, enojo, frustración, ansiedad esa dificultad se traduce en catalogar todas esas emociones como “sentirse mal” y por lo tanto buscar que la otra persona se “sienta bien”, en otras palabras que deje de sentir lo que siente, aunque al final del día termina siendo la tarea más agotadora e ineficaz. Para explicártelo mejor imagina que has decidido jugar a tirar de la cuerda con un gran oso y en medio de los dos hay un abismo pero tú tienes una punta de la cuerda y el oso tiene la otra, ambos empiezan a tirar de la cuerda pero no te fijaste que en la cuerda hay unos frutos que el oso está intentando alcanzar, mientras tu intentas no caer en el abismo, luego de seguir luchando durante un tiempo contra el oso lo más probable es que termines perdiendo el juego y cayendo al vacío; ¿crees que el resultado sería distinto si solo soltaras la cuerda? Probablemente el oso cumpliría su objetivo y tú seguirías a salvo de tu lado del abismo.

Lo mismo sucede con nuestras emociones, no son el enemigo, tiene un objetivo y es mantenernos vivos, a largo plazo nadie controla sus emociones, estar distraído no es sinónimo de bienestar o de buen manejo emocional, intentar que la otra persona deje de sentir su tristeza, enojo y ansiedad es como luchar contra un oso, ten presente que nuestras emociones cumplen con un tiempo natural de duración pero no son eternas, aun así, una experiencia emocional pasa más rápido cuando no intentamos quitarla o evitarla.

Dentro de lo que no debes hacer en medio de una crisis es intentar distraer, que se ría o hacerle ver el lado positivo de la situación. En otras ocasiones creemos que entre más cosas hagamos o digamos será mejor, nota que esto puede venir acompañado de liberarte de tu propia incomodidad en cambio podrías acompañar en silencio o escuchar activamente, si en algún momento quieres hablar procura que sean expresiones que promuevan darle sentido a su experiencia como

“ cualquiera que viviera eso se sentiría así”, “es normal lo que estás sintiendo, no tendría por qué ser distinto” “ puedo imaginar que esa situación fue muy difícil” “cualquiera que estuviera en tus zapatos se sentiría igual”, así mismo, evita dar consejos o hablar de las veces que te has pasado lo mismo, en cambio podrías preguntarle si hay algo que puedas hacer o encontrar entre los dos una solución aunque sería mejor dejar esta parte para el final una vez la persona logre retornar al estado de calma. Si sabes de alguien que esté pasando por un momento difícil también puedes prevenir una crisis cuidando de factores que nos hacen más vulnerables a sentir una emoción con mayor intensidad, no es lo mismo sentir tristeza cuando estás cansado, con hambre o con mucho frio o calor, si notas que alguno de estos factores están presentes puedes intentar regularlos para que la crisis sea más vivible. Recuerda que si los episodios de emociones muy intensas son cada vez más frecuentes y te has quedado sin herramientas otra manera de apoyar es promoviendo la búsqueda de ayuda en especialistas de salud mental.

 

Lina María Castro Méndez- Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental

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