“Hacer el oso” es definitivamente algo que la mayoría (o todos), tratamos de evitar. Todos podemos relacionarnos con situaciones como olvidar lo que tenías que decir en una presentación importante delante de un público o llamar a alguien que no debías llamar cuando te pasaste de copas. Como si no fuera suficiente, también tenemos que cuidarnos de hacer el ridículo en la virtualidad. ¿Cuántos no hemos visto los videos de las personas que dejan sus micrófonos o cámaras activados en clase o en reuniones del trabajo? Estas personas, sin darse cuenta, terminan diciendo o haciendo algo inadecuado, causando las risas o las críticas de los demás. Esto te pudo haber pasado a ti. ¿Y por qué no admitirlo? A mi también me pasó.
Cuando sentimos vergüenza se enrojecen las mejillas y dan ganas de desviar la mirada, cubrirse la cara, o salir corriendo. Nos dan ganas de hacernos invisibles y que nadie nos pueda encontrar.
Entonces, ¿se solucionaría todo si nos pudiéramos quitar la vergüenza para siempre? ¿Para qué sirve esta emoción que a veces quisiéramos que no existiera?
La vergüenza aparece cuando violamos alguna norma o expectativa social. Nos indica si nuestras acciones nos pueden poner en peligro de ser excluidos de un grupo. Recordemos que nuestra pertenencia a un grupo en la era de las cavernas era indispensable. Para sobrevivir era necesario dividir las tareas de caza, agricultura, protección, cuidado de los infantes, etc. Si no se pertenecía a una tribu, las probabilidades de sobrevivencia eran bajas. La vergüenza ha tenido una función adaptativa a lo largo de la historia de la humanidad, por eso nuestros cuerpos siguen reaccionando de esa manera. Al sonrojarnos y querer hacernos pequeños, nos vemos menos amenazantes ante los otros miembros de nuestra “tribu” y esta reacción minimiza el peligro del rechazo y de la exclusión.
Esto es una reacción normal, pero todo se vuelve un poco más complejo cuando empezamos a tenerle miedo a enfrentarnos con contextos potencialmente vergonzosos. Esto es problemático porque empezamos a evitar situaciones que son importantes para nosotros o a inhibir nuestro comportamiento en algunos contextos por el miedo a que otros se burlen o nos rechacen.
Te puede dar vergüenza perder un examen que la mayoría de las personas pasaron porque de pronto tus amigos o la familia piensan que eres tan inteligente. Puede dar pena que te echen del trabajo porque va en contra del éxito que quieres tener y del que la sociedad espera que tengas. Puedes sentir vergüenza si te pillan mintiendo porque esa persona se puede poner brava contigo y dejarte de hablar. La vergüenza nos lleva a tener mayor consciencia de como podemos estarnos viendo frente a otros y así asegurar nuestra pertenencia a grupos que son importantes para nosotros.
Sin embargo, si bien esta emoción tiene una función, es importante identificar cuando deja sernos útil. La vergüenza deja de ser adaptativa si nos alejamos de cosas que son importantes para nosotros por miedo a la burla o el rechazo. Por ejemplo, no hablar en clase a pesar de que querer hacerlo o no bailar porque, aunque te gusta mucho, sientes que lo haces mal. También deja de ser útil cuando somos muy duros en situaciones que estábamos siendo nosotros mismos. Como en el caso de una persona que se dice a si mismo “mucho tonto, ¿por qué hiciste eso?” o “eres una buena para nada, ahora nadie va a querer salir contigo”.
En conclusión, vergüenza nos identificar cuando estamos actuando en contra de los intereses del grupo y puede motivar comportamientos de cooperación. Sin embargo, cuando deja de cumplir esa función puede ser una carga pesada de llevar. Te invitamos a identificar si esta emoción esta siendo adaptativa o problemática para ti, y si quieres comprenderla mejor o sientes que necesitas ayuda para su manejo, no dudes en contactarnos.
Bibliografía
Lockhart, K. G. (2014). Psychology of Shame: New Research. Nova Science Publishers, Inc.
Peter N. Stearns. (2017). Shame : A Brief History. University of Illinois Press.
Natalie Vivas – Psicologa Clínica – Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental
www.psicologa.co – Especialistas en Salud Mental – 320 3379561 – Bogotá, Colombia
Psicologa.co
Somos un grupo de Especialistas en Salud Mental en Bogotá para el tratamiento de Depresión, Ansiedad, Trastornos Emocionales y proceso de vida en niños, jóvenes, adultos y parejas. Puedes pedir una cita con un especialista en los siguientes canales y comenzar tu tratamiento hoy mismo.
Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental
Psicologa.co
320 3379561
Consultorios Carrera 16 # 80 – 77 – Barrio Antiguo Country – Bogotá, Colombia.
Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental
Depresión Bogotá, ataque de pánico, ataque ansiedad, psicólogos en Bogotá, psicólogos, depresión, Ansiedad, psicologa, psicologa.co, ayuda psicologica, Psicoterapia, terapia depresión, sentido de vida, terapia ansiedad psicoterapia, depresión postparto, Salud Mental, stress, habilidades sociales, adolescentes, estres, stress, insomnio, sueño, ayuda psicológica, meditación, desempleo, anorexia, vejez, parejas, relaciones