Dentro de la psicología, se han planteado muchas teorías para definir el duelo y el proceso que se lleva acabo tras la muerte de un ser querido. A pesar de que muchas de estas difieren en diferentes aspectos, la mayoría coincide en que se trata de un proceso de adaptación, el cual implica que el individuo se reacomode respecto a la pérdida de una relación. Dicha reacomodación, incluye los diferentes contextos en los que el sujeto se desenvuelve y principalmente aquellos que compartía con la persona fallecida.
De acuerdo con Cruz, Reyes y Corona (2017) el duelo puede definirse como una experiencia multidimensional donde al perder la interacción con otro, se puede perder también el contacto consigo mismo. De esta manera, el duelo es un proceso que afecta aspectos biológicos, experiencias privadas (emociones, pensamientos, creencias) y acciones públicas donde influyen factores particulares como el tipo de relación que se tenía con la persona que murió, el tipo de muerte, el apoyo social disponible, entre otras.
Por otro lado, es importante mencionar que aspectos como la causa de la muerte influyen también en la forma como se da el proceso de duelo. Dentro de este contexto, las causas de muerte se han clasificado como muerte violenta y muerte no violenta. En cuanto a esto, es importante tener en cuanto que la ansiedad es un síntoma común presente en las personas que se encuentran viviendo un duelo; sin embargo, debido a que la muerte violenta suele ser repentina, las personas relacionadas con el fallecido son más vulnerables a experimentar también pensamientos de remordimiento, miedo y venganza.
Síntomas del duelo normal y del duelo complicado
En el duelo, pueden presentarse síntomas similares a los presentes en el trastorno depresivo como lo son sentimientos de tristeza constantes, insomnio, disminución del apetito, pérdida de peso, llanto constante, sensación de vacío en el estómago, distracción, confusión, incredulidad y pérdida de placer por las actividades que generaban placer anteriormente; entre otras. Los anteriores, hacen parte del proceso normal de adaptación a la pérdida de un ser querido y tienden a disminuir con el paso del tiempo (Cruz, Reyes y Corona (2017).