Mantener las relaciones de pareja se convierte en un gran reto en tiempos de coronavirus, tanto para aquellas que conviven como para las que no, ya que todos estamos afectados en este momento por diferentes estresores (económicos, laborales, familiares) y adicionalmente las circunstancias nos obligan a asumir una nueva forma de relacionarnos con nuestras parejas, indudablemente diferente a la que veníamos acostumbrados en el pasado. Podría decirse que las parejas así convivan o no comparten desafíos similares actualmente en términos de manejar los conflictos emergentes, propiciar el sentimiento de cercanía e intimidad entre los miembros, conservar la pasión y seguir emitiendo acciones comprometidas hacia el cuidado y preservación de la relación. A continuación, vamos a abordar estos cuatro desafíos con el propósito de plantear algunas recomendaciones para poder solventarlos de la mejor manera en medio de las actuales circunstancias:

 

 

Manejar los conflictos emergentes

El conflicto es inevitable en todas las relaciones interpersonales, pero en tiempos de crisis parecen acentuarse dado la diversidad de factores estresantes, el amplio espectro de emociones que cada individuo puede sentir frente a los mismos y las formas particulares de afrontamiento. Es común que en estos tiempos las parejas que conviven tengan conflictos en relación con la distribución de las tareas del hogar, la crianza de los hijos, el manejo de la privacidad y la gestión de las finanzas familiares. Por otra parte, es común que las parejas que no conviven tengan conflictos relacionados con los cambios en la forma, calidad y cantidad de tiempo en pareja y con asuntos de comunicación.

Respecto al manejo de los conflictos de pareja, la recomendación principal es evitar el escalamiento del conflicto, es decir, cuando este se presente y los dos o alguno de los integrantes de la pareja experimenta ira o disgusto de manera intensa se sugiere que se acuerde un espacio de “tiempo fuera”. Este espacio consiste en detener la interacción por un periodo de tiempo (específicamente acordado por la pareja y no mayor de un día), con el objetivo de que cada integrante regule sus emociones, reflexione sobre lo sucedido y se oriente a la solución. Cuando el periodo de tiempo finalice, los dos integrantes se reunirán, expresarán sus emociones y pensamientos y guiarán la búsqueda de soluciones desde una perspectiva de “nosotros contra el problema” en lugar de un “yo contra ti”.

 



 

 

Propiciar el sentimiento de cercanía e intimidad

 

Entendiendo la intimidad como aquellos sentimientos que facilitan o incentivan el acercamiento, el vínculo afectivo y el deseo de compartir entre los integrantes de la pareja, se recomienda principalmente que los dos integrantes de la pareja expresen sus emociones frente a la situación actual y además estén en disposición de escuchar y validar al otro. Es natural que los dos integrantes difieran en su experiencia frente a la incertidumbre y las dificultades relacionadas con las nuevas circunstancias, pero estas diferencias pueden convertirse en vehículos para lograr mayor intimidad siempre y cuando cada uno reciba lo que el otro le expresa la comprensión. Esto implica un esfuerzo por evitar cambiar la experiencia emocional del otro, incluso la mayoría de las veces no se trata de buscar soluciones, sino de simplemente escuchar y hacerle saber a la otra persona que estamos ahí para ella.

Conservar la pasión

 

Se comprende la pasión como el deseo de unión con el otro como expresión de deseos y necesidades que están especialmente relacionados con la sexualidad. Recordemos que la sexualidad va más allá de tener relaciones sexuales, tiene que ver también con sentirse atractivo y sentir atracción por el otro a nivel físico y personal, y también con hacer cosas que aumenten el deseo de uno mismo y del otro por estar en la relación y mantener la conexión. Es indiscutible que en estas circunstancias puede haber un impacto importante en el área sexual, especialmente en aquellas parejas que no conviven, por lo tanto, la sugerencia principal es recurrir a la creatividad para preservar este tipo de interacciones. El uso de las aplicaciones móviles, el sexting y las fotos íntimas pueden ser buenas opciones siempre y cuando se tomen las medidas básicas de protección a la privacidad: se recomienda hacer esto solo con personas de confianza y en caso de que no sea así evitar brindar elementos o información que faciliten la identificación personal (recordemos que el uso público de estos recursos constituye un delito). No obstante, si tenemos presente que conservar la pasión implica dirigir acciones más allá del área sexual, se sugiere encontrar otras maneras para incentivar la atracción y el deseo mutuo como por ejemplo por medio de detalles, dedicatorias, mensajes, videos o publicaciones.

Emitir acciones comprometidas hacia el cuidado de la relación

Finalmente, y a modo de conclusión, este componente se refiere a todas aquellas acciones que aumentan la probabilidad de que la relación de pareja se preserve durante los tiempos difíciles como el que estamos viviendo en la actualidad, y podemos incluir en esta categoría las acciones abordadas hasta el momento. Se considera útil concebir a la relación de pareja como una planta que requiere de los cuidados necesarios para florecer y no marchitarse: hay que abonarla, brindarle agua, exponerla al sol, podarla e incluso a veces utilizar ciertas herramientas para ayudarla a preservarse (plástico para proteger del exceso de sol o lluvia, cambio de maceta, cambio de lugar). Por lo tanto, analógicamente es trascendental hacer acciones diarias para preservar la relación de pareja, pero también es trascendental buscar ayuda profesional cuando sea necesario para identificar qué herramientas serían convenientes utilizar para establecer una relación más satisfactoria y saludable.

Referencias

Dimidjian, S., Martell, C. R., & Christensen, A. (2008). Integrative behavioral couple therapy. Clinical handbook of couple therapy, 73-103.

Labrador, F. (2015). Intervención psicológica en terapia de pareja. Ediciones Pirámide.

Aslanian, A. (2020). For Better or for Worse: Conflict and Connecting in Crisis. (article) The gottman institute.

 

 

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