Para entender el Trastorno Obsesivo-Compulsivo podemos empezar primero aclarando qué es un trastorno, qué es una obsesión y qué es una compulsión.

Un trastorno mental también llamado psicopatología, enfermedad mental o desajuste psíquico es una alteración en el equilibrio psíquico o mental de una persona y recibe el nombre de “trastorno” debido a su clasificación, su etiología, la etapa vital en la que aparece, los signos y síntomas característicos, los criterios diagnósticos y el tiempo de evolución. Cada trastorno es único, requiere de atención especializada, exige tratamientos adaptados a las características de la disfuncion, así como de otras variables personales y sociales de la persona que lo padece.

 

 

 

Las obsesiones son pensamientos, ideas o imágenes intrusivas, irracionales, disfuncionales y recurrentes (que aparecen una y otra vez), y que se sienten fuera del control por parte de la persona que las sufre.

Generalmente, la persona que las padece no desea tener estas ideas o pensamientos, que suelen provocarle ansiedad o malestar e intenta evitarlos. Las conductas que se realizan para evitar las obsesiones reciben el nombre de compulsiones. Esta rutina de obsesión-compulsión, que consume mucho tiempo, resulta muy angustiosa o interfiere con la vida diaria, es lo que se conoce como TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo), y hace parte de los trastornos de ansiedad.

Estos pensamientos irracionales que llevan a actos compulsivos varian dependiendo del individuo. Algunas personas por ejemplo, pueden tener pensamientos supersticiosos que les provocan ansiedad, otras pueden creer que todo está contaminado y deben limpiarse para no sufrir enfermedades, y otros pueden llevar un orden determinado hasta un extremo patológico por culpa de pensamientos perfeccionistas.

Las personas obsesivas tienen algunas características en común. Según el Obsessive-Compulsive Cognitions Working Group (OCCWG), las caracterísiticas de las variables cognitivas más importantes que afectan a esta condición son:

 

  • Perfeccionismo
  • Excesiva responsabilidad
  • Creencias de la importancia de los pensamientos
  • Poca tolerancia a la incertidumbre
  • Sobreestimación de la amenaza
  • Poca flexibilidad mental

 

Las obsesiones pueden clasificarse de diferentes formas. A continuación te presentamos una lista con las diferentes clases de obsesiones.

 

Según el tipo de estímulo desencadenante

 

Según si la obsesión se siente como inaceptable o realista, existen dos tipos:

 

  1. Obsesiones autógenas

 

Este tipo de obsesiones ego-distónicas, es decir, que se sienten como repugnantes, inaceptables, inconsistentes con el propio autoconcepto, aparecen de forma abrupta en la conciencia sin que se identifiquen los estímulos evocadores. Incluyen pensamientos o impulsos sexuales, agresivos e inmorales, por ejemplo, y es muy común que quien las padezca tenga la sensación de estar perdiendo la razón o estar “volviéndose loco”.



 

  1. Obsesiones reactivas

 

Estos pensamientos son percibidos como realistas y racionales y los estímulos evocadores son externos e identificables. Por ejemplo los pensamientos catastrofistas sobre contaminación, sobre asimetría, etc.

 

Según el contenido

 

Los contenidos de las obsesiones pueden variar. Los diferentes tipo de obsesión en función del contenido pueden ser:

 

  1. Obsesiones simétricas o de orden

 

Una de las obsesiones más frecuentes se caracteriza por la necesidad de tener todo alineado simétricamente y correctamente ordenado. Las compulsiones que se asocian a este tipo de obsesión consisten en asegurar de que todo esté en orden y bien colocado, de lo contrario el sujeto sufriría un gran malestar o ansiedad.

 

Algunas conductas características de este tipo de pensamientos son:

 

  • Tener todo limpio y ordenado en su lugar en todo momento
  • Tener cuadros colgados alineados y rectos
  • Tener alimentos enlatados todos de la misma manera
  • Tener la ropa en el carril todos colgando perfectamente y mirando de la misma manera
  • Tener todo impecable, sin marcas o manchas en las ventanas y superficies

 

Las personas que sufren este tipo de TOC pasan mucho tiempo intentando tener todo perfecto, por lo que se dice que son perfeccionistas. En casos extremos, la persona puede evitar que otros individuos vayan a su casa para que no le dejen nada desorganizado o fuera de lugar.

 

  1. Obsesiones por contaminación

 

Como su nombre indica, estas personas piensan que el entorno puede estar contaminado. Por ejemplo, cuando van al lavabo, piensan que cuando su piel entra en contacto con el paño de la puerta pueden sufrir algún tipo de enfermedad. Esto hace que tengan la necesidad de limpiarse y lavarse compulsivamente.

 

La limpieza o lavado a menudo se lleva acabo varias veces al día, con rituales de lavado repetitivo de manos o el cuerpo hasta que la persona siente que está limpia. Los individuos con este tipo de obsesiones pueden evitar:

 

  • Utilizar baños públicos
  • Ponerse en contacto con productos químicos
  • Estrechamiento de manos (miedo a contraer gérmenes de otras personas)
  • Tocar los botones del ascensor o las asas de las puertas
  • Usar teléfonos públicos (miedo a contraer gérmenes de otras personas)
  • Hacerse cirugía o ir al médico de cabecera para evitar que los instrumentos médicos entren en contacto con su piel

 

  1. Obsesiones por contaminación mental

 

Este tipo de obsesión es similar al anterior, pero no tiene que ver con alguien que entra en contacto con objetos o entornos potencialmente sucios o contaminados, sino que los pensamientos de contaminación mental surgen cuando la persona se siente maltratada, físicamente o mentalmente, a través de comentarios críticos o verbalmente abusivos.

Esto provoca que se sienta sucia, pero sucia internamente.

 

  1. Obsesiones sensoriomotoras

 

Las obsesiones sensoriomotoras tienen que ver con una conciencia exagerada de determinadas sensaciones corporales. Algunos ejemplos están relacionados con:

 

  • Respiración: obsesión sobre si la respiración es superficial o profunda, o el foco está en alguna otra sensación de respiración
  • Parpadeo: una fijación obsesiva al parpadear
  • Deglución/salivación: la persona se centra en la frecuencia con la que se ingiere, la cantidad de salivación producida, etc.
  • Conciencia de partes específicas del cuerpo, por ejemplo, percepción del lado de la nariz mientras trata de leer.

 

  1. Obsesiones sexuales

 

Estas obsesiones son pensamientos caracterizados por causar daño sexual involuntario, o sobre el cuestionamiento constante de la propia sexualidad. Una persona que experimenta este tipo de pensamientos intrusivos evitará lugares públicos, como centros comerciales o escuelas para evitar entrar en contacto cercano con los niños.

 

Algunos ejemplos son:

 

  • Temer ser un pedófilo y sentirse sexualmente atraído por los niños
  • Temer ser atraído sexualmente por miembros de la propia familia
  • Pensamientos sobre tocar un niño inapropiadamente
  • Pensamientos sexuales intrusivos sobre Dios, santos o figuras religiosas

 

  1. Obsesiones homosexuales

 

Son pensamientos parecidos a los anteriores, pero se caracterizan por el temor a ser atraído por miembros del mismo sexo. Tanto el punto anterior como éste, hacen que la persona se sienta tan avergonzada que es incapaz de buscar ayuda.

 

  1. Obsesiones por cometer actos violentos

 

Estas obsesiones se caracterizan por el miedo a llevar a cabo actos violentos contra los seres queridos u otras personas. Por eso evitarán situaciones en las que puedan producirse algunos actos como éstos:

 

  • Uso de cuchillos de cocina y otros objetos afilados (la compulsión consistiría en esconder o evitar objetos punzantes)
  • Dañar violentamente a niños o seres queridos
  • Matar a personas inocentes
  • Pensamientos sobre tocar accidentalmente a alguien inapropiadamente, con la finalidad de lastimarlos.

 

  1. Obsesiones religiosas

 

Estas obsesiones causan que las personas se fijen en la religión y en la práctica religiosa, lo que provoca una serie de conductas compulsivas como por ejemplo, que algunas oraciones deben ser dichas una y otra vez, las oraciones han de ser omitidas o recitadas incorrectamente o es necesario gritar palabras blasfemas en voz alta en un lugar religioso. Los pensamientos obsesivos pueden incluir preocupación sobre cometer pecados u ofender a Dios, no rezar suficiente o el miedo a no ser perdonado, entre otros.

 

  1. Obsesiones de catastrofismo

 

Este tipo de obsesión se caracteriza porque la persona piensa que algo malo va a ocurrir si no realiza la compulsión. Por ejemplo, miedo a cometer una negligencia, a que ocurra un robo si no cierra la puerta o ser el responsable de una catástrofe.

 

  1. Obsesiones por falta de control

 

La persona tiene pensamientos obsesivos respecto a perder el control. Por ejemplo: dudas o preocupaciones de que uno puede perder el control de sí mismo, pensamientos de decir palabras racistas, pensamientos de decir comentarios ofensivos o pensamientos de participar en un robo.

 

 

Las personas que sufren TOC creen que si no realizan sus compulsiones o rituales ocurrirán realmente consecuencias catastróficas (como adquirir una enfermedad, contaminarse, etc.) lo que provoca rumiaciones o sentimientos de culpa. Así pues, las compulsiones tranquilizan, disminuyen la ansiedad y permiten evitar la autoculpabilización. De esta manera se instauran las obsesiones, la persona al sentir una tranquilidad y control mediante la realización de rituales y comprobaciones, refuerza aún más las obsesiones creando un circuito cerrado que se retroalimenta y mantiene el problema.

 

Muchos adultos con este problema de salud reconocen que lo que están haciendo no tiene sentido pero no pueden evitarlo. Sin embargo, muchas personas, especialmente niños con TOC, pueden no comprender que su comportamiento está fuera de lo normal.

El TOC afecta a hombres y a mujeres aproximadamente en igual número y aflige a más o menos 1 de cada 50 personas. Puede aparecer en la niñez, en la adolescencia o en la edad madura pero como promedio se detecta en los jóvenes o en los adultos jóvenes. Un tercio de los adultos con TOC experimentaron sus primeros síntomas en la niñez. El curso que sigue la enfermedad es variable; los síntomas pueden ir y venir, mitigarse por un tiempo o empeorar progresivamente.

Hasta hace poco tiempo el TOC se consideraba un trastorno poco frecuente, pero estudios epidemiológicos demuestran que es el cuarto trastorno mental más común.

Investigaciones indican que la prevalencia del TOC es similar en muchas culturas del mundo, que puede existir una predisposición genética, caracterísiticas personales, eventos estresantes que lo desencadenan y que existe una amplia influencia del aprendizaje: por ejemplo el hecho de haber sido educado en medios rígidos puede favorecer los comportamientos como el orden y la limpieza excesivos, los valores morales estrictos, la sobre-responsabilidad, etc.

 

El tratamientos que ha demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico de los TOC es la combinación de los tratamientos farmacológicos (psiquiatría), y los psicológicos basados en procedimientos cognitivo-conductuales.

 

La estrategia de exposición y prevención de respuesta es la más común en este tipo de trastorno y consiste en términos generales en que  el paciente se enfrente deliberadada y voluntariamente, al objeto, pensamiento o situación temida, sea real o imaginariamente, absteniéndose de realizar rituales “tranquilizadores”, para facilitar los procesos de extinción y/o habituación de la ansiedad, pensamiento o imágenes obsesivas, con la finalidad de conseguir la extinción de la ansiedad asociada.

Otras terapias como la terapia de aceptación y compromiso (ACT), la terapia cognitiva (TC) y la terapia de comportamiento dialéctico (TCD) son todas formas de la TCC que también han demostrado evidencia en el tratamiento de los TOC.

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Referencias

 

 

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Corbin, J.A. (s.f.). Los 12 tipos de obsesiones (síntomas y características). Psicología y Mente. Recuperado el 04 de Febero de 2020. Disponible en https://psicologiaymente.com/clinica/tipos-de-obsesiones

 

Freeston, M.H y Ladouceur, R. (1997). Análisis y tratamiento de las obsesiones. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos (1): 137 – 169. Madrid: Siglo XXI.

 

Intrusive thoughts Organization (s.f.). Aprende sobre TCC, EPR Y ACT. Recuperado el 04 de Febero de 2020. Disponible en https://www.intrusivethoughts.org/es/tratamiento-de-toc/terapia-toc/

 

Marks, I.M. (1991a). Miedos, fobias y rituales: Los mecanismos de la ansiedad. Barcelona: Martínez Roca.

 

Psicología y Mente (s.f.). Trastorno. Recuperado el 03 de Febero de 2020. Disponible en https://psicologiaymente.com/tags/trastorno

 

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