Día a día nos enfrentamos a diferentes emociones, unas las asociamos con sensaciones placenteras y otras con sensaciones incomodas, que quisiéramos desaparecer. Lo cierto, es que en un solo día podemos experimentar varias de ellas, podemos amanecer desanimados, pero encontrarnos con alguien especial, que con un gesto puede hacernos sentir mejor; pero si ese día peleamos con nuestra pareja, podemos experimentar frustración. Por tanto, pareciera que es imposible escapar de nuestras emociones. Sin embargo, culturalmente nos han enseñado que siempre debemos estar bien o que el objetivo en la vida es ser felices. Supuestos que han hecho daño a nuestra salud mental, porque preguntémonos, ¿qué tan real es este objetivo?  Si reflexionamos sobre nuestra historia de vida, creo que todos tenemos en común el haber pasado por situaciones dolorosas, la perdida de un ser querido, separaciones, metas o sueños que no pudimos alcanzar y muy seguramente, tendremos que experimentar más eventos de este tipo. De esta forma, el dolor hace parte de ser humanos. No obstante, hemos aprendido a escapar de emociones asociadas a situaciones difíciles, involucrándonos en estrategias poco efectivas para regularlas.

Por ende, es importante tener claro que son las emociones, cual es su importancia y aprender estrategias, que, en lugar de llevarnos a escapar de ellas, nos permitan regularlas y usarlas a nuestro favor. Las emociones son respuestas innatas que presentamos ante eventos importantes, relacionados con nuestras metas individuales. Adicionalmente, su duración es breve, entre segundos y 10 minutos y son maleables, es decir, podemos cambiar nuestra respuesta ante una emoción específica. Generalmente, nuestras emociones tienen 3 elementos. El primero es cognitivo, es decir, valoramos la situación que desencadenó una emoción, ¿qué tan importante es ese evento para nosotros?, ¡hace parte nuestras metas individuales? Otro elemento, tiene que ver con las sensaciones corporales relacionadas con cada emoción. Por ejemplo, cuando tenemos temor, experimentamos aumento de la frecuencia cardiaca, sensación de vacío y sudoración. O si sentimos rabia, sentimos aumento de temperatura corporal y se puede incrementar nuestra tensión arterial. Finalmente, las emociones nos orientan a actuar. Recordemos generalmente que hacemos cuando tenemos miedo, salimos corriendo, nos congelamos y no actuamos, o simplemente nos quedamos paralizados.

 

Por otra parte, es importante que conozcamos cuales son los beneficios de las emociones. Las emociones nos otorgan información sobre las metas y cosas que las personas valoran, sirven para comunicarle a los demás nuestras necesidades, nos permiten organizarnos para la acción en situaciones relevantes. Es decir, que son completamente adaptativas, nos permiten orientar nuestra conducta hacia las metas que nos hemos planteado. ¿Entonces, porque muchas veces tenemos miedo a experimentar determinadas emociones? ¿Por qué tendemos a reprimirlas o inhibirlas? Discutamos que mitos hay detrás. Uno muy común tiene que ver con no dejar que otros reconozcan como me siento, porque tenemos la creencia de que las personas van a pensar que somos débiles. Por otro lado, parece que nos han repetido la idea de que las emociones son tontas o inútiles. Hay otros que también nos perjudican mucho, como, por ejemplo, que debemos hacerle caso al impulso derivado de nuestra emoción. Sería importante, que identifiquemos cual es nuestro nivel de creencia respecto a estos mitos que acabamos de discutir, y, sobre todo, la forma en la que nos afectan. Los mitos que acabamos de discutir se relacionan con estrategias inefectivas de regulación emocional. Por ejemplo, aprendemos a evitar experiencias emocionales desagradables, hacer cosas para sentirnos seguros y en control de la emoción, estar hipervigilantes, suprimir e inhibir la emoción, actuar impulsivamente o a sobre pensar la situación.

Sin embargo, la regulación emocional, es todo lo contrario. Implica el reconocimiento y la aceptación de la emoción, el procesamiento de la respuesta emocional y el control de nuestros eventos externos o internos, para que la mayoría de las veces, nuestras acciones guarden acuerdo con nuestros valores, con aquello que da sentido a nuestra existencia.

Sin embargo, la regulación emocional, es todo lo contrario. Implica el reconocimiento y la aceptación de la emoción, el procesamiento de la respuesta emocional y el control de nuestros eventos externos o internos, para que la mayoría de las veces, nuestras acciones guarden acuerdo con nuestros valores, con aquello que da sentido a nuestra existencia.

Sin embargo, antes de explicar algunas estrategias de regulación emocional, es importante entender que entre nuestra salud física y mental existe una relación importante. Cuando experimentamos una emoción nuestro cerebro se activa y muchas hormonas son secretadas. Por eso es importante cuidar nuestra salud física, para que nuestro cuerpo pueda tolerar de forma óptima, emociones que pueden llegar a ser intensas. Por ejemplo, la comida que comemos afecta como nos sentimos. Si nuestra dieta es poco balanceada e incluye solamente altas cantidades de azúcar o grasa, podemos sentirnos lentos, bajos de energía y también de ánimo. Revisa tu dieta día a día e incluye frutas y verduras. Por otro lado, el sueño es un elemento importante, dormir entre siete y ocho horas es fundamental. Cuando no dormimos bien, presentamos problemas para concentrarnos, nos sentimos irritados y más vulnerables a sentir estrés y crisis emocionales. Realizar ejercicio es importante, esta científicamente comprobado que el ejercicio es un elemento protector frente a enfermedades como la depresión. Por último, las adicciones, bien sea a la nicotina, la cafeína, el alcohol y otras drogas pueden deteriorar el balance físico que necesitamos para funcionar de forma óptima.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, son muchas las estrategias que existen para regular nuestras emociones. Sin embargo, las podemos dividir en dos grandes categorías, las de aceptación y de cambio. Dentro de las estrategias de cambio, están la de reconocer nuestras emociones para disminuir este proceso emocional y prevenir el que nos involucremos en estrategias poco efectivas. Podemos empezar por hacer el ejercicio, de describir la situación que desencadena una emoción en específico, identificar que causa la situación, que emociones logramos percibir. También es importante, reconocer a que comportamientos nos lleva esta emoción normalmente y, finalmente identifiquemos cuales son los resultados de estas emociones, a donde nos llevaron. En este ejercicio resultaría útil que nos planteáramos acciones opuestas a las que normalmente hacemos. Es decir, cuando enfrentemos una emoción difícil de tolerar, identifiquemos que es lo que haríamos normalmente y preguntémonos si es útil y efectivo llevar a cabo esa acción. Si nos damos cuenta de que nuestra acción no resulta ser efectiva, actuemos de forma opuesta. Démonos la oportunidad de repetir esta misma acción, para que empecemos a ver los resultados de este nuevo comportamiento.

Finalmente, recordemos algunas cosas importantes, las emociones son respuestas innatas frente a eventos internos o externos. Las emociones son respuestas innatas frente a eventos internos o externos. No son peligrosas, su duración es corta y tiene la función de informar a otros y a nosotros mismos, como nos estamos sintiendo y recordarnos nuestros valores individuales y orientarnos a la acción. Adicionalmente, reconozcamos que tanto creemos en aquellos mitos o creencias culturales relacionadas con las emociones y cuál ha sido la consecuencia. Finalmente, recordemos que, dentro de las estrategias para regular las emociones, es fundamental reconocer cual fue la situación que llevo a sentirnos de una manera específica, démosle un nombre a esta emoción e identifiquemos cual fue nuestra acción y evaluemos su efectividad. Si lo que hacemos nos aleja de aquello que es importante para nosotros, sería conveniente crear acciones opuestas y repetirlas, hasta que hagan parte de nuestro repertorio.

Bibliografía

Dialectical Behavior Therapy. (s.f.). Recognizing your emotions. Recuperado el 26 de octubre de 2021 de https://dialecticalbehaviortherapy.com/emotion-regulation/recognizing-your-emotions/

Ortega, M. A. R., & Suck, E. A. T. (2016). Regulación emocional en la práctica clínica: una guía para terapeutas. Editorial El Manual Moderno.

Karen Cleves Ojeda  – Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental

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