Cuando hablamos de cual ha sido el aprendizaje más transmitido en el contexto educativo, podemos encontrar que este se ha encargado de dar en su gran mayoría herramientas y conocimientos de tipo cognitivo, por ejemplo, conceptos matemáticos, de física, química, lenguaje, biología, entre otros; sin embargo, se ha dejado de lado un poco la educación hacia el área emocional, no solo en la primera infancia, si no en todos los ámbitos educativos. Sin embargo, el área emocional representa un aspecto primordial en el desarrollo de vida de las personas, este estará relacionado con la construcción de relaciones interpersonales, manejo de situaciones difíciles, estrategias de afrontamiento, entre otros aspectos que estén direccionados con la vida de la persona (García, 2012).
Por lo tanto, el desarrollo de las emociones empieza desde la formación en primera infancia, tanto en el contexto familiar como en el ámbito educativo; frente a esto nace la duda ¿cómo promover un adecuado desarrollo de las emociones en nuestros hijos o estudiantes?, sin embargo, es importante identificar primero como adulto de que manera estoy manejando mis emociones, como las estoy expresando y regulando, ya que desde ahí se esta generando el aprendizaje hacia los niños, su principal forma de aprendizaje es a partir de la imitación, del modelamiento, los adultos son el modelo a seguir de los niños, por lo tanto el proceso de formación se hace desde esta relación, es una educación que se da en la interacción y en la observación (Jové, 2017).
Dentro del ámbito educativo se ha identificado una relación directa y muy significativa entre la educación emocional y el rendimiento académico, es decir los colegios que proporcionan un aprendizaje frente al manejo emocional en diferentes situaciones puede estar asociado con un mejor rendimiento académico y adicional se ve relacionado con el área social, fortaleciendo las relaciones entre pares y niños con adultos. ¿Esto cómo se puede lograr?
En este contexto, Jové (2017) plantea seis elementos de los cuales es necesario tener en cuenta para implementar una educación emocional en los colegios y que así mismo son aspectos que se pueden llevar a otros contextos como el familiar:
- Identificación de las emociones
Nos olvidamos de que lo que sentimientos tiene nombre, darle una etiqueta a esto nos permite generar un adecuado manejo a la expresión y regulación de cierta emoción. Entender que existen emociones básicas, las cuales los niños en sus primeros años deben saber identificarlas, como, por ejemplo: alegría, tristeza, rabia, miedo; pero también existen otras emociones, como la ansiedad, la vergüenza, la sorpresa, emociones que son más fáciles de identificar en años posteriores.
Adicional, es importante no clasificar las emociones por negativas y positivas, si no al contrario entender que cada emoción se debe entender como un aspecto necesario para la supervivencia.
¿Cómo podemos fortalecer este aspecto?
- Validar la emoción, no generar juicios de valor a esa emoción, si no al contrario que el adulto acompañe al niño en la identificación y reconocimiento de esta.
- Promueva actividades en las que el niño deba identificar una emoción asociado a una situación.
- No genere etiquetas frente a la emoción del niño, diferenciar entre el “ser” y el “estar”, por ejemplo, el niño se encuentra de mal genio, se le podría decir “entiendo que en este momento estés con rabia y esta emoción pasará y la vamos a manejar”, en vez de decir “eres insoportable”
- Estrategias tomadas del Mindfulness: también llamado como atención plena”, esta practica se utiliza para el manejo emocional, la atención, concentración, por ejemplo, esta el programa “kindness curriculum”, este demostró que los niños que participaron en este tuvieron mejores resultados y mostraron mayores habilidades en sus interacciones sociales. Para que esto se pueda aplicar en el ámbito escolar o familiar es importante que los cuidadores o educadores tengan una formación en esto (Jové, 2017)
- Entrenamiento en comunicación asertiva: esto significa, enseñarles a expresar sus emociones, opiniones y deseos sobre algo de una forma adecuada, por otro lado, también esta en enseñar la importancia del respeto hacia uno mismo y hacia los demás, logrando dar perspectivas sobre algo sin pasar por alto los derechos de otra persona (Arí, 2010).
- Desarrollo de la autoestima: la formación de este concepto tiene que ver con el cuidado hacia uno mismo y como el niño se reconoce frente a los otros, por ello es importante identificar como cuidador si alguna situación en la que la autoestima del estudiante este afectado el concepto de si mismo.
- Desarrollo del pensamiento independiente: frente a este aspecto se busca generar seguridad en el niño frente a las opiniones y perspectivas sobre algo; enseñarles hacer críticos frente a la información externa, pero así mismo que esto les permita cuidarse de lo que reciben y logren filtrar esta información.
- Desarrollo de la empatía: el trabajo hacia el desarrollo de esta habilidad tiene tres objetivos como lo expresa Jové (2017): baja el nivel de acoso escolar, hay más aceptación frente a las diferencias y construye mejores personas y relaciones.
Referencias:
Jové, R., (2017). La escuela más feliz. Madrid: la esfera de los libros.
García, J., (2012). La educación emocional, su importancia en el proceso de aprendizaje. Revista Educación, 36(1),1-24
Arí, N., (2010) La educación emocional y la comunicación escolar, Vivat Academia, 113.
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