La vigorexia o dismorfia muscular es considerada como una insatisfacción y distorsión de la imagen corporal debido a la subestimación de la forma y el tamaño del cuerpo, en donde la persona se obsesiona con su estado físico a niveles extremos. El objetivo de realizar ejercicios de manera excesiva es que buscan engrandecer, tonificar, definir y endurecer sus cuerpos, a cualquier costo. Las personas se pueden percibir con poco atractivo, baja autoestima débiles y sin fuerza.
La vigorexia tiene una estrecha relación con aumentar el tamaño muscular y disminuir los niveles de grasa en el cuerpo, esto se hace a través de un exceso de la actividad física. Este exceso tiene consecuencias perjudiciales para la salud. Por otro lado, también está relacionado con una adicción a las endorfinas. Este último es un neurotransmisor derivado del opioide que se genera como una respuesta del organismo ante el ejercicio, esto produce una sensación de no dolor y relajación.
Algunos síntomas de la Vigorexia son:
- Excesivo ejercicio físico, con el objetivo de alcanzar una determinada masa muscular mayor que la que poseen.
- La cantidad de tiempo que dedican al ejercicio (hacerlo o pensar en hacerlo) entorpece su adaptación social, laboral, académica e incluso familiar y de pareja. (De la Serna, 2004).
- Los afectados presentan una alteración de la imagen corporal, por lo que se creen más débiles y delgados de lo que son (Baile, 2005, Pope, 1993).
- La mayoría son hombres de edades entre los 18 y los 25 años.
- Con una frecuencia mayor que en la población general, aparecen otras conductas desadaptativas, como una alimentación inadecuada, dietas estrictas o consumo de fármacos nocivos para la salud como los esteroides anabólicos.
- Obsesión por tener un cuerpo musculoso.
- Pesarse varias veces al día y compararse con otras personas que consideran con más músculos.
Rodriguez (2007) indica que existe una relación entre la vigorexia y el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) ya que no solo se encuentran imágenes distorsionadas sobre su propio cuerpo, sino que el ejercicio se vuelve como una forma de regular la ansiedad, evitar pensamientos catastróficos y generan conductas compulsivas con el ejercicio.
Como se puede evidenciar la vigorexia es un trastorno mental que es posible tratar con terapia clínica, ya que cada una de sus causas se encuentran relacionadas con pensamiento o creencias y conductas de regulación emocional poco adaptativas y de evitación de las mismas. Este tipo de trastorno nos indica que no todo en exceso es bueno y que es importante mantener el punto medio en nuestras conductas. No hacer ejercicio puede ocasionar obesidad y sedentarismo, pero el exceso de este puedo producir problemas articulares, problemas en la absorción de líquidos y daño en los tejidos. Tener un cuerpo con una musculatura exagerada no es sinónimo de bienestar o buena salud.
Referencias
Rodríguez, j. (2007) Vigorexia: adicción, obsesión o dismorfia; un intento de aproximación Salud y drogas, Instituto de Investigación de Drogodependencias España. vol. 7, núm. 2, , pp. 289-308.
Baile, J. I. (2005). Vigorexia: Cómo reconocerla y evitarla. Síntesis. Madrid
Stephanie Arcila – Psicologa Clínica – Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental
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