Abandonar el proceso de psicoterapia por decisión personal o por causas externas surge con más frecuencia de la que pensamos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el tratamiento psicológico no es un proceso instantáneo, sino que por el contrario es un proceso en el cual para lograr los objetivos y alcanzar los resultados que queremos, debemos comprometernos y trabajar arduamente para conseguirlos.
Ir a terapia nos brinda las herramientas que nos son útiles para afrontar los retos que la vida nos presenta. Al iniciar el proceso se establecerá una frecuencia de control (la cual depende de la necesidad del paciente) que irá disminuyendo con el paso del tiempo. No obstante, en algún momento se nos presentará un nuevo desafío el cual nos motivará a buscar el aprendizaje de nuevas habilidades y/o técnicas que nos permitan desarrollar comportamientos más adaptativos y es aquí donde viene la importancia de reconocer los síntomas que nos orientan a retomar el proceso.
Las principales señales que indican lo anteriormente mencionado pueden ser, el cambio en los patrones del sueño, sobre pensar distintas situaciones, cambios en los patrones alimentarios, pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, aislamiento y cambios de estado emocional durante el día. Estos son síntomas que podemos experimentar en la cotidianidad.
Adicionalmente, algunos otros indicios involucran la manera en cómo nos relacionamos con los demás. Un ejemplo de esto puede ser el aumento en la frecuencia de presentación de conflictos o discusiones dentro de las relaciones interpersonales (familia, amigos o pareja). Asimismo, es importante tener en cuenta aquellas áreas de ajuste como la laboral, académica, social y personal las cuales también pueden verse afectadas.
En tercer lugar, tenemos la somatización. Esta sucede cuando los trastornos psicológicos se convierten en síntomas físicos. Uno de los más frecuentes, más no el único, es el estrés el cual vemos somatizado al presentar dolores de cabeza o tensión muscular, problemas gastrointestinales y/o dermatológicos, entre otros.
Los síntomas anteriormente mencionados son solamente algunos de los indicios de que necesitamos hacer algo diferente en la manera en cómo estamos abordando y enfrentando nuestros problemas, aunque muchas veces pensemos que podemos solucionarlos solos; es por eso que tomar la decisión de volver a terapia implica reconocer que necesitamos ayuda, es darnos la oportunidad de explorar nuestros problemas desde la perspectiva de un profesional ampliando, de esta manera, nuestra realidad. Priorizar nuestra salud mental siempre será la mejor decisión.
REFERENCIAS
Muñoz, A., Novoa, M. (2012). Motivos de consulta e hipótesis clínicas explicativas. Revista Terapia Psicológica, 30(1), 25-36.
Quesada, S. (2004). Estudio sobre los motivos de consulta psicológica en una población universitaria. Revista Universitas Psychologica, 3(1), 7-16.
Ana maría Rodríguez – Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental
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