¿Alguna vez has pensado que lo que nos han enseñado sobre las relaciones de pareja no se ajusta a la manera en que a ti te gustaría desarrollar una? Por ejemplo, crees que puedes amar a más de una persona a la vez; o consideras que tener relaciones sexuales con un tercero no implica que dejes de amar a tu pareja; o incluso, te has encontrado pensando que una pareja nunca será tu prioridad o que tus vínculos más preciados son los de amistad. Todos estos cuestionamientos son válidos y en esta entrada encontrarás información inicial sobre el poliamor y otras formas de relacionarnos que tal vez tengan sentido con el camino de descubrimiento que estás transitando.

Es importante empezar reconociendo que la cultura en que la vivimos tiende a suponer que el propósito y última meta de todas las interacciones -y de todo encuentro sexual- es establecer una relación de pareja de por vida que se caracterice por la exclusividad sexual y emocional, y que cualquier relación que no alcance esa meta es considerada un fracaso. Es más se nos ha dicho que la monogamia es “normal” y “natural”; y que si nuestros deseos no van en esa línea, somos personas inmorales, con problemas mentales y vamos en contra del orden social (Hardy & Easton, 2013).

Teniendo en cuenta que la monogamia se queda corta y desconoce la variedad de necesidades y gustos de las personas, surge el modelo relacional de la no monogamia, que se entiende como un término sombrilla, es decir, que se compone de diferentes configuraciones o formas de relacionarse, y con el que se quiere visibilizar otras formas de querer y de establecer vínculos.

Y en este momento, podrías preguntarte si estamos abogando por la infidelidad, que también recibe el nombre de no monogamia no consensuada, pero no es así. La infidelidad tiende a ocurrir cuando un miembro dentro de la pareja de manera consciente no comunica que tiene una o varias relaciones adicionales.

Por el contrario, cuando hablamos de las no monogamias, nos referimos a las no monogamias consensuadas (CNM, por sus siglas en inglés), dentro de las cuales se presentan formas de relacionarse desde el consenso, la comunicación y el respeto de los límites y necesidades de todas las personas involucradas (Veaux & Rickert, 2019). Por ejemplo, en las CNM, podemos encontrar las relaciones abiertas (tener relaciones sexuales con otras personas a parte de la pareja, cuidando de mantener la exclusividad emocional con la pareja), swinging (intercambio de parejas para realizar actividades sexuales) y poliamor.

Con respecto al poliamor, su traducción literal significa “muchos amores” y se puede definir como tener múltiples relaciones amorosas, a menudo comprometidas, al mismo tiempo por acuerdo mutuo, partiendo de la honestidad y la claridad (Veaux & Rickert, 2019). El poliamor también es un término sombrilla. Las relaciones poliamorosas se dan en diferentes formas, por ejemplo, están las relaciones “vee”, en las que una persona tiene dos compañeros que no están involucrados entre ellos; las relaciones triejas, en las que tres personas están involucradas mutuamente, etc.

Ahora, no estamos diciendo que el poliamor es mejor que tener una pareja de por vida, puede suceder que, al transitar y explorar otras dinámicas distintas a la monogamia, se trasladen ciertos hábitos y patrones de relacionamiento, y se cambie un “debería” por otro, pasando de tratar de ajustarnos de una ideología a otra. Es clave notar cuando esto esté sucediendo y recordar que la forma que toma una relación es menos importante que los valores en los que se basa el poliamor. La libertad de entregarse al amor y permitir que este determine la forma que toman nuestras relaciones íntimas es la esencia del poliamor (Anapol, 2010). Por ejemplo, es posible que te identifiques como una persona poliamorosa y que en tu relación actual no haya vínculos adicionales, a pesar que dentro de lo acordado con tu pareja, existe la posibilidad de establecer relaciones amorosas con otras personas.

Por último, no hay que desconocer que las relaciones poliamorosas implican trabajo y requieren confianza, coraje para afrontar lo que se nos ha impuesto socialmente y nuestros propios miedos; un trato hacia los demás respetuoso y empático, y una perspectiva de empoderamiento, promoviendo que todos se sientan con la capacidad de opinar y tomar acciones (Veaux & Rickert, 2019).

Si la información que encontraste aquí resonó con alguna parte de ti y te interesa seguir conociendo más sobre el poliamor y otras formas de no monogamias consensuadas, te recomendamos que leas los libros listados al final.

El poliamor es un viaje de autoconocimiento. Empieza por informarte, cuestionar, descubrir tus necesidades y límites y comunicarlos.

 

Referencias

Anapol, D. (2010). Polyamory in the 21st century: love and intimacy with multiple partners. Rowman & Littlefield Publishers.

Hardy, J. W. & Easton, D. (2013). Ética promiscua: una guía práctica para el poliamor, las relaciones abiertas y otras aventuras. (M. Vagalume, Trad.). Melusina. (Obra original publicada en 2009)

Veaux, F. & Rickert, E. (2019). Más allá de la pareja. Una guía práctica para el poliamor ético. (M. Vagalume, Trad.). Continta Me Tienes. (Obra original publicada en 2014)

 

Diana Acuña Rojas- Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental

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