Las rupturas amorosas o las “tusas” como coloquialmente les decimos no son nada fáciles de procesar, suelen ir atadas a recuerdos significativos y valiosos que hicieron parte de nuestra vida, esto hace que percibamos la situación como “el fin de mi vida” o tengamos pensamientos como “nunca volveré a ser feliz” “no voy a poder con esto” “mi mundo se acabó”.
Cuando algún miembro de la pareja decide tomar esta decisión, no implica que ha dejado de amar, lo cual suele ser complejo de entender para quien debe asumir que la relación llego a su fin, no es fácil de comprender que la otra persona seguirá su vida sin mí y que ya no hago parte de su camino. El dolor emocional suele ser más difícil de afrontar que el dolor físico, algunos consultantes verbalizan una dependencia emocional hacia su pareja, así como suele suceder durante una adicción.
¿Por qué sucede esto? Las drogas y el amor utilizan circuitos neuronales similares, es por esto que desde la terapia mencionamos la importancia de hacer restricción, no revisar sus redes sociales, no llamar, no mirar sus fotos, no preguntar por él o ella, hacer un cese al contacto para evitar recaídas dolorosas y enganchadoras.
Cabe aclarar que esta etapa no se vive de manera lineal, no todos los días estamos gobernados por la tristeza, existen momentos donde pensamos con lucidez y sabemos que quizá esta decisión es la más acertada, y a esto le llamamos altibajos emocionales, al igual que sucede en los procesos de rehabilitación. Esto sucede porque neurológicamente nuestros neurotransmisores deberán adaptarse a cambios, deberán reajustarse y buscar su equilibrio sin que esa persona amada esté presente en nuestras vidas.
Una de las preguntas más frecuentes en sesión es ¿por qué para mi amiga fue más fácil el proceso que para mí? Y esto depende mucho del contexto donde esté inmerso, de las vulnerabilidades a las que haya estado expuesto y a las habilidades que tenga para superar estas situaciones, sin dejar de lado que para quienes poseen una baja autoestima y un déficit en habilidades sociales puede ser un poco más complejo recuperarse, sin llegar a ser imposible.
Es importante asistir a un profesional que me facilite el empoderamiento y fortalecimiento de habilidades, evitemos el uso automedicado de fármacos y el consumo excesivo de sustancias o alcohol para “sentirnos mejor”, resulta importante debilitar nuestras creencias instauradas sobre lo que implica tener o no tener pareja y cómo sobrellevar el duelo de la mejor manera.
Las etapas del duelo son:
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Aceptación
No importa en cuál etapa te encuentres, en algunas ocasiones el dolor emocional suele ser intenso y no nos permite actuar de la forma adecuada para salir adelante ante este nuevo camino, no dudes en contactarnos para darte herramientas sobre cómo hacerlo y lograr tu estabilidad ante este cambio.
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