La ansiedad social es considerada como una respuesta que se presenta ante el miedo a ser juzgados o estar en el escrutinio público, algunos de los ejemplos a los que las personas con esta dificultad suelen tener miedo es a conocer diferentes personas, exponer algún tema específico, presentarse a una entrevista de trabajo, entre otras. Este miedo suele sobrepasar las habilidades que tiene el individuo para enfrentar la situación.

Las personas que están experimentando ansiedad social sienten miedo de ser valoradas por su rendimiento, es decir prefieren inhibirse emocionalmente o aislarse ante la posibilidad de que puedan evaluarlos en cualquier contexto. Esto a su vez genera que empiecen a afectar pensamientos sobre nosotros mismos como: la autoestima y el autoconcepto, llevando a atribuir juicios de valor sobre sí mismos, como por ejemplo “soy malo, me van a odiar, no soy capaz de afrontar esto”.

Así también, Corsi (1994) citado por (González, 2017) propone que la violencia es un constructo cultural que se aprende y se transmite, de generación a generación, siendo instituciones como la familia, la cultura, las universidades, colegios, los medios de comunicación, etc, quienes favorecen a perpetuar la violencia como la manera natural para resolver los conflictos que se presentan en la vida cotidiana.

Estudios han demostrado que la etapa en la que se desarrolla esta dificultad es en la infancia y adolescencia, ya que el individuo suele atravesar diferentes situaciones de estrés que generan que se desencadene la ansiedad social, como por ejemplo experimentar situaciones traumáticas, perdidas, ambientes invalidantes o autoritarios, sobreprotección de padres, entre otros.

Cuando el infante o el adolescente experimenta alguna situación que sobrepasa sus habilidades y no recibe ayuda para poder afrontarla, repercute en la adultez en donde los síntomas y sensaciones suelen ser incapacitantes y la intervención puede durar por mucho más tiempo.

Actualmente se ha evidenciado que las personas utilizan este término de una manera equivocada, suelen atribuir que tienen ansiedad social ante situaciones que les genera miedo, pero la diferencia entre ansiedad social y la ansiedad común es que la persona que padece la primera suele sufrir por no poderse relacionar con las personas, mientras que en la ansiedad común se logra superar la situación una vez se utilicen las habilidades que poseen.

 

 

Ginna Quintero  – Psicologa.co – Especialistas en Salud Mental

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